miércoles, 6 de mayo de 2009
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Tuve las especies más raras de los mares de China y Filipinas, del Japón y
del Báltico, caracoles antárticos y polymitas cubanas, o caracoles pintores
vestidos de rojo y azafrán, azul y morado, como bailarinas del Caribe. A
decir
verdad, las pocas especies que me faltaron fue un caracol del
Matto
Grosso
brasileño, que vi una vez y no pude comprar, ni viajar a la
selva
para
recogerlo. Era totalmente verde, con una belleza de esmeralda
joven